Todo comenzó con un folleto que me regaló mi hijo

Iglesia Vasijas Rotas, pastor Erick Romero García
Ensenada, Baja California
El sueño de todo hombre es casarse y crear un hermoso hogar al lado de su esposa y sus hijos, brindándoles una vida digna y decorosa. Eso era lo que me inculcaron mis padres; sin embargo, las circunstancias de la vida me orillaron a llevar un estilo de vida muy diferente. Mis malas y apresuradas decisiones de juventud hicieron que a muy temprana edad tuviera que asumir el rol de padre, trayendo consigo todas las responsabilidades de un hogar.
Al verme frustrado y agobiado por los problemas, la difícil situación y la poca oportunidad de empleo por mi edad y poca experiencia, decidí refugiarme en el alcohol y después en las drogas.
La ilusión de una familia feliz, cada día se veía más lejos e inalcanzable, sin embargo, el que tiene la última palabra en nuestras vidas es Dios, a quien pude conocer a través de la vida de mi pequeño hijo Kevin.
Cuando mi matrimonio estaba al borde del colapso, Dios permitió que mi primogénito conociera Su Palabra por medio de los hermanos de la iglesia Vasijas Rotas; ellos invitaron a mi hijo a asistir una vez a la semana a unas clases de estudio bíblico en casa de unos hermanos a unas cuantas cuadras de mi casa.

Fue sorprendente ver como la actitud de mis hijos y mi familia fue cambiando por completo. Antes, los conflictos en casa eran constantes, pero de una semana a otra, en mi hogar empezaba a respirarse aire de paz y armonía, de amor y compasión. Al llegar a mi casa sentía una sensación tan extraña, pero a la vez muy confortable, que llenaba mi vida de paz.
Recuerdo una tarde en especial. Al volver mi hijo de su clase trajo un folleto que me regaló diciendo: “Mira papi para que puedas cambiar tu también”. Ese folleto se llama Tu adicción tiene solución.
Después de leerlo detenidamente, sentí como si alguien me estuviera hablando haciéndome recapacitar. Algo dentro de mí, me hizo entender que no debería esperar a que estuviera en un hospital a punto de morir o a que mi matrimonio se destruyera por completo para cambiar. Ese era el momento en el que debía tomar una decisión para mi vida.
Esa misma tarde platiqué con mi esposa y le comenté lo que desde hacía unas semanas estaba sintiendo en la casa, y ella me respondió, “sí, es verdad, ya todo es un poco diferente en casa porque hemos invitado a Dios a morar en nuestra vida y en nuestro hogar. Sólo falta que tú también lo invites”.

Esas palabras quebrantaron mi corazón y no pude más, me arrodillé y junto con mi familia le pedí perdón a Dios. A la semana siguiente, acompañé a mi hijo y a mi esposa a los estudios de la Palabra de Dios. Fue sorprendente ver como un grupo de 16 niños están llevando la Palabra de Dios a sus hogares.
Posteriormente nos integramos al discipulado El Camino de la felicidad, el cual ha sido de mucha ayuda a mi crecimiento espiritual. Hoy hemos concluido el estudio de este curso y empezaremos con el Camino a la Victoria.

Deseamos estar preparados, para que junto a mis hermanos de la iglesia, salgamos a rescatar esos hogares que se encuentran esclavizados por el enemigo.
Julio Chávez
Categorías
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¡Qué testimonio tan inspirador de la familia Chávez! Oremos con todo el corazón para que Julio, como padre de familia, sea firme en su decisión de dejar que Cristo conduzca su vida familiar y personal. Porque tenemos la promesa bíblica en Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece”.