Discipulando a otros

Iglesia Fe, Unción y Poder, pastor Juventino Neri Aguilar
Lázaro Cárdenas, Puebla
Este tiempo en el que el pecado abunda más y más, vemos cuanta necesidad hay de que la gente conozca del amor de Dios y sus promesas. En mi región, mucha gente, en vez de buscar a Dios, pone su confianza en las prácticas de la brujería. La mayoría de las personas son campesinos y dependen de sus cosechas y de sus frutos, sin embargo, el movimiento económico en esta comunidad es muy bajo. Se ven por las calles a jóvenes y ancianos vagando en el alcoholismo.
Seguimos adelante compartiendo la Palabra de Dios con las herramientas que nuestros hermanos de Cruzada Mexicana nos facilitan, como los folletos, discipulados y Biblias para cumplir la Gran Comisión.
Recuerdo cómo Dios me rescató de la forma necia en que vivía. A los 15 años empecé a fumar y tomar. A los 18 años empecé a formar parte de algunos grupos de pandillas, cargando cadenas y navajas me sentía muy seguro. Mi padre tenía influencias políticas, pero lamentablemente el alcohol acabó con todo lo que él tenía. Yo estaba siguiendo su ejemplo, sin saber que le estaba haciendo daño a mi madre.
Cada vez más, mi vida se iba hundiendo y arrastrando por el pecado y por la maldad que había dentro de mi corazón. A tal grado llegaron las cosas que quise golpear y dañar a mi padre, por el odio que le tenía porque maltrataba a mi madre y a mis hermanos. Eso no me permitía disfrutar la vida; la amargura me estaba comiendo y eso no me agradaba.
Dentro de mi corazón, sentía una gran necesidad de buscar el amor y perdón que Dios nos da. Como pude, en mi poco entendimiento clamé a nuestro Señor Jesucristo, y le pedí que me perdonara y diera una oportunidad de vivir correctamente. Le pedí que me guiara a ser una persona sin vicios, lleno de Su amor y honrándole.
Cuando Dios entró a mi corazón todas las cadenas se rompieron y toda tristeza se fue. Así que, mi vida fue transformada. Dios hizo un cambio radical en mí, por medio de Su Palabra en la cual fui instruido. Sólo Cristo pudo cambiar y renovar mi vida, en nadie, ni en nada más hay salvación. Él me hizo una nueva persona.
Hoy puedo decir, cómo está escrito en Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.” Ya no vivo para ser títere del mundo, ahora sólo busco agradar a Jesús y compartir con otros Su gran amor. Por este motivo, hoy sirvo en la iglesia dónde me congrego.
Con los folletos de Cruzada Mexicana salgo junto con otros para dar palabras de esperanza a esa gente que hoy todavía vive en tinieblas. Muchas experiencias he tenido con el material de los folletos. Es muy grato para mí cuando una persona recibe el folleto y se va agradecida reconociendo que Jesús es quien dio su vida en la cruz por toda la humanidad.
Ha sido una maravillosa experiencia haber participado compartiendo el discipulado El Camino de la Felicidad. Este nos ayudará a afirmar y comprender más la vida que debe llevar un cristiano y ser de influencia en más personas, convirtiéndonos así en instrumentos en las benditas manos de Dios.
Trinidad Andrés Ánimas
Categorías
El Camino de la Felicidad, El diario de un misionero, Material Cruzada Mexicana, Material de Discipulado, Nuevos Grupos
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El testimonio del hermano Trinidad Andrès de la Iglesia Fe, Unciòn y Poder merece ser compartido con muchos hombres, mujeres, jòvenes y hasta niños que han caìdo en una espiral de perdiciòn. Oramos porque el hermano Trinidad siga adelante creciendo en su vida espiritual y alcanzando a muchos con su testimonio.