No puedo vivir sin predicar en las calles

Iglesia Torre Fuerte, pastora Irene Flores Trevizo
Saltillo, Coahuila

Doy gracias a Dios por Su misericordia. Mi oración constante es que se acabe la maldad por causa de las drogas y el pandillerismo, problemas que hay en mi entorno. Yo estuve inmerso en todo eso, así vivía cuando Cristo no estaba en mi corazón, llevaba una vida de soledad, sin sentido ni rumbo; nací en un hogar de total idolatría, alcoholismo y prostitución.

Una tarde, estando embrutecido por el alcohol, Jesús tuvo compasión de mí y fue en ese hermoso momento con Cristo que escuché claramente Su voz. Fue tanto el impacto sobre mí, que hasta se me quitó la borrachera en ese mismo momento que escuché esa dulce y melodiosa voz. Nunca nadie me había hablado del amor de Jesús, en mi hogar nunca se escuchó algo así. Sin embargo, Jesús vino a mí y me habló con tanto amor, que fue la experiencia más hermosa que he tenido. Él rompió las cadenas de esclavitud que tenía y por eso ahora soy libre como un águila.

Desde ese día, no me canso de compartir esa hermosa experiencia que tuve con Cristo, a toda la gente que Dios me permite. Él ha puesto en mí el deseo de escudriñar las Santas Escrituras, meditar en ellas y ponerlas por obra, compartir de Jesús a toda persona, hablando del inagotable amor de Dios que además nos da libertad y llena nuestro corazón de paz.

Así Dios me fue rodeando de personas que le conocen y testifican de Él en todo lugar; así fue como conocí a Cruzada Mexicana. Yo le pedía a Cristo que me diera herramientas para poder evangelizar en las calles, parques, plazas, y casa por casa por donde Él me llevara.  Llegaron los folletos que ahora utilizo para llevar a cabo este hermoso trabajo en la obra de Dios. Cruzada Mexicana me ha dado alegría pues me da la oportunidad por medio de los folletos de ser útil para mi Señor con la literatura de evangelismo. Esta es mi gran pasión, no puedo vivir sin predicar en las calles.

Hoy soy libre y debo gritarlo a los 4 vientos, no me conformo con estar en una iglesia sentado siendo sólo oidor. Jesucristo me hizo libre y por ello estoy enamorado de Él. ¡Gloria a su Santo nombre! Él me sanó y me regaló 2 nenes. Cristo es real, no es una religión.  Él está vivo y vive en mí.  La gloria siempre será para Él. 

Dios les bendiga hermanos de Cruzada Mexicana.  Gracias por el apoyo con la literatura que me facilitan. Yo me seguiré esforzando para que llegue a todos los necesitados para que experimenten también del amor y poder de Dios, como yo lo he sentido.

José Solís Banda

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