Mi vida ha tenido un cambio por completo

Iglesia De Dios, pastora Arminda Valdez Torres
Saltillo, Coahuila

Estábamos en un parque de Saltillo, dónde Dios nos dio la oportunidad de realizar un evento evangelístico, cuando de repente llegó un joven y me abrazó.  Sinceramente al principio me desconcertó. El joven estaba muy gozoso y llorando, nos decía que nos reconoció y que estaba muy agradecido porque recibió a Jesucristo como su Salvador personal y entendió la palabra a través de los discipulados El camino de la felicidad y Camino a la victoria.  Nos comentó que asiste a una iglesia cerca de donde vive y llorando de agradecimiento nos decía señalándome: “Usted me dio el plan de salvación; ahora soy un hombre diferente; mi vida ha tenido un cambio completo.

“Mi nombre es Emanuel y desde muy corta edad caí en el mundo de los vicios. Primero, empecé a probar el cigarro y el alcohol y poco a poco me fui convirtiendo en un adicto. Uno a veces piensa que si se consume alcohol o el cigarro una vez a la semana no pasa nada. 

En mi familia siempre había discusiones, maltrato e insultos; yo me sentía muy solo y abandonado.  Además, yo era el patito feo de mi casa. 

Uno de esos días, en que me sentía tan mal, decidí probar la droga. Al principio fue una experiencia a la vez agradable pero un poco desagradable, pero esa fue mi salida cada vez que quería sentirme feliz, no ver lo desagradable. Después, sin darme cuenta, ya era un adicto que necesitaba de esas drogas. Un día estando en una situación muy fea y complicada toqué fondo, y decidí ingresar a un centro de rehabilitación. 

Recuerdo una tarde cuando ahí estaba la pastora con un equipo de trabajo. Su semblante era diferente, se respiraba paz cuando ella hablaba, nos invitó a conocer de Dios y a tomar el curso El camino de la felicidad. Cuando nos obsequió el librito, comencé a leerlo, y mi corazón fue tocado, recibí a Jesús como mi Salvador.

Yo no sabía lo que me pasaba, pero estaba siendo transformado, ya era otro, era libre y tenía paz en mi corazón.

Después de graduarme del discipulado El camino de la felicidad, seguí adelante y tomé el curso Camino a la victoria y me gradué.

Fue el momento de salir del centro de rehabilitación.  Actualmente estoy congregándome en una iglesia y estoy sirviendo, porque lo que hizo Dios en mi vida nada ni nadie más lo pudo hacer.

Emmanuel

A veces podemos pensar que el trabajo de evangelismo es en vano, pero al ver la vida de este joven, transformada por el poder del Espíritu Santo, nos sentimos animados a continuar y no desmayar.

Pastora Arminda Valdez Torres