Me preguntaba dónde estaba Dios y cómo era

Iglesia La Familia de Dios, pastor Jorge Paredes Espinoza
Lázaro Cárdenas, Puebla

Estoy agradecida con Dios por abrirme los ojos, ahora puedo ver con claridad lo que antes estaba mal, pero que veía como normal. Y es que, así aprendí; el mundo así lo enseña. En este lugar hay mucha idolatría y vicios con los que crecí viéndolos como normal. Estaba llena de tradiciones por parte de la religión tradicional, que fue lo que mis padres me inculcaron. Vivía pensando que estaba bien, aunque algo me hacía sentir insatisfecha, me preguntaba dónde estaba Dios y cómo era. En mi vida, y en mi corazón había malos sentimientos y rencor con la vida y con mi familia, además de mucha tristeza.

Me daba cuenta que los cristianos que venían de otros lugares a enseñar la Palabra de Dios, pero yo tenía el corazón cerrado, endurecido, tanto que, muchas veces hasta grosera me comporté. No aceptaba lo que me querían decir, según yo, mi religión era suficiente y lo que ahí escuchaba era lo que necesitaba para ir al cielo. Reconozco que estaba muy cerrada y lo peor ni siquiera conocía lo que defendía.

Cristo me habló infinidad de veces por medio de situaciones diferentes, pero mi confianza estaba puesta en mis esfuerzos, mis hábitos y otras cosas más. Sin embargo, llegó el momento en que me cansé, no pude más y tuve que rendirme.

En una de las visitas de los hermanos, no pude resistirme y mi corazón recibió con gozo y mucha esperanza la Palabra de Dios que, poco a poco, ha ido obrando en mi vida; con las enseñanzas que me dieron tuve la necesidad de aceptar mi condición de pecadora. 

Entonces pedí me ayudaran para poder aceptar a Jesús en mi corazón y entregarle mi vida; le pedí perdón a Jesucristo, confesé mis pecados y le acepté como mi único y suficiente Salvador. 

¡Inmediatamente, mi corazón se llenó de paz y gozo! Ahora estoy en el proceso de limpiarme de toda cosa que haya aun en mi corazón y que no es del agrado de Dios. Sé que Él me ayudará para mantenerme firme y poder ver a mi familia a los pies de Cristo, como lo promete en la Santa Palabra: Hechos 16:31 “Ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás Salvo tú y tu casa.”

Carmen López

Se parte de este ministerio

Una respuesta a «Me preguntaba dónde estaba Dios y cómo era»

  1. La experiencia de Carmen López en Lázaro Cárdenas, Puebla, es la misma de muchísimos mexicanos que han crecido en hogares católico romanos. En Cruzada Mexicana tenemos testimonios de católicos que cuando se les anima a leer la Biblia (incluso la de esa fe), entenderán que el propósito de las lecciones bíblicas son que todos sepamos que Jesucristo es el Hijo de Dios y que vino a este mundo en forma de humano, con el único fin de que con su muerte y resurrección, la humanidad se reconcilie con el Padre Dios y nuestros pecados sean perdonados, con la promesa de que cuando muramos, iremos a vivir con Él y con todos nuestros seres amados que han reconocido a Jesús como el único salvador del mundo, por toda la eternidad.

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