La Palabra de Dios es viva y eficaz

Iglesia Cristo es la Respuesta, pastor Manuel Gómez
Ojocaliente, Zacatecas

El municipio de Ojocaliente es conocido como la región de yacimientos mineros de los cuales se han extraído minerales como el zinc, cobre, plomo, plata, y oro entre otros. También es conocido porque aquí se celebra una de las ferias regionales más importantes del estado, la Feria de la tuna y la uva. Por este motivo, vienen muchos visitantes.

Ojocaliente es un pueblo muy tradicionalista, apegado al catolicismo; con la ayuda del Señor, continuamos predicando Su Palabra y así hemos logrado alcanzar personas que practicaban la hechicería, la idolatría, y que ahora se han convertido de los ídolos muertos al Dios vivo. 

A cada persona que ha recibido a Cristo como su Salvador, le entregamos una Biblia recordando las palabras de Cristo: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” San Juan 7:38 Creemos que la Palabra de Dios es el manual de procedimientos para la vida feliz, y es con lo que contamos para conocerlo al igual que a Su hijo Jesucristo, quien es el único que tiene poder para cambiar a las personas.

Un día, recibí una llamada telefónica a las 10 de la noche de Rebeca Garduño. Le pregunté en que podíamos ayudarla y me respondió con un relato bastante largo. Me explicó que caminaba por la calle cuando escuchó que anunciaban en un carro que Cristo salva y que fuimos comprados con la sangre de Cristo. 

Me dijo: “Me detuve a escuchar todo lo que decían y me entregaron una Biblia.  Al llegar a mi casa, dejé la Biblia sobre la mesa. Por la noche, algo me pasó que me impulsó a tomarla. Cuando la abrí, encontré que decía en Isaías 1:18  ‘Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.’  Entonces sentí algo extraño en mi corazón y me dieron ganas de llorar, pero no sabía por qué me estaba pasando esto. Cerré la Biblia, y en la parte de atrás encontré el nombre de la iglesia y un número telefónico.  Por eso estoy marcándole.” 

Le pedí que se calmara, pues Dios le estaba hablando a su corazón para que se lo entregara. Por muy grandes y sucios que fueran sus pecados, Jesucristo tiene el poder de perdonarla y hacerla parte de Su Reino. 

A través del teléfono oré por Rebeca y oía como derramaba lágrimas mientras reconocía a Cristo como su Salvador personal.

“Estábamos entregando Biblias a las personas que recibían el mensaje de Jesucristo cuando de repente, como a dos cuadras de distancia, un hombre corrió hacia nosotros, gritando: ‘¡Regálenme una Biblia!’”

“Le pregunté ‘¿Para que la quieres?’  y me respondió: ‘Cuando salí de mi tierra natal, Nicaragua, mi madre me dijo nunca te olvides de la Palabra de Dios. Pero, a lo largo del trayecto del camino, al cruzar el río, en la frontera de México, perdí la mía.  Necesito una Biblia, porque cuando estaba con mi madre, siempre leíamos este versículo: ‘Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.‘ Josué 1:8″

“Al momento que le entregué la Biblia, le pregunté su nombre y me respondió: Gonzalo Pérez. La fe de este hombre me sorprendió, pues este varón corrió y buscó un lugar donde leer la Palabra de Dios.”

“¡Con que convicción habló de que necesitaba una Biblia! La necesitaba para poder continuar su camino, porque sabe que es necesario creer en la Palabra de Dios, para prosperar en todo.”

Roberto Chanes