Leí el folleto y todo tuvo sentido

Iglesia Evangelio de Salvación, pastor Constantino Domínguez Hernández
Poza Rica, Veracruz

Desde el día que conocí a Jesús y lo acepté como mi Salvador, he conocido la felicidad plena; veo de forma diferente la vida y sobre todo, he encontrado una razón por la cual vivir y cuál es mi verdadera labor en esta tierra.

Dios llenó el vacío que había en mi vida, me dio una razón para vivir. Llegó a mi vida en el momento justo y perfecto.

Por mucho tiempo llevé una vida buena, o eso pensaba; era una persona tranquila, sin vicios, sin pleitos. Tenía un buen trabajo y una vida cotidiana bien, sin problemas. Sin embargo, había un vacío enorme en mi vida, sentía estaba sin motivación; había caído en una rutina y todo se me hacía monótono. En algunos momentos, llegué a tener un sentimiento de frustración y eso comenzó a traer amargura, enojo, pleitos en mi hogar y mucha indiferencia hacia los demás.

Muchas veces fui inducido al alcohol por quienes se decían ser mis amigos. Me decía que con ello me olvidaría de los problemas y vería las cosas de mejor forma; que en el alcohol encontraría la alegría que me ayudaría a ser una mejor persona. Pero lo que veía en mis amigos era todo lo contrario, siempre estaban de malas, con problemas económicos y en sus hogares. Eso me hacía ver que el alcohol no era el camino correcto.

Una tarde mientras salía a sentarme a la entrada de mi hogar, un vecino se acercó y comenzamos a platicar. Le conté como me sentía y lo frustrado que estaba. Él empezó a contarme que un tiempo se sintió de la misma forma, hasta que conoció a Jesús. Le dije que yo también conocía a Jesús, que los domingo el padre nos hablaba de Él. Pero mi vecino me explicó que lo conoció y lo aceptó en su corazón. Tuvimos una tarde con una conversación muy interesante y antes de irse me dejó un folleto y me pidió que lo leyera y que al día siguiente volvería para continuar platicando. Esa misma tarde lo leí ¿Usted es feliz? Después de leer el folleto la conversación con mi vecino tuvo más sentido.

Desde ese día ya nada volvió a ser igual en mi vida. Entendí que necesitaba a Jesús en mi corazón que solamente por medio de Él iba a encontrar esa felicidad que no había en mi ser y que no se encuentra en lo material o en los vicios.

Ahora en gratitud a lo que Dios ha hecho en mi vida, comparto mi testimonio con las personas y llevo el mensaje de salvación a muchos hogares por medio de los folletos de Cruzada Mexicana. Esos folletos que transformaron mi vida por completo.

Celio de los Santos Rosas