La Pesca Milagrosa 2020

Iglesia Jesús es el Camino, pastor Josué Pérez Pardo
Boca del cielo, Tonalá, Chiapas

Teníamos programado celebrar bautizos en el mes de marzo de 2020, pero debido a la pandemia no fue posible. Durante este periodo de contagios, nuestra iglesia ha sido golpeada duramente. Muchos hermanos perdieron la vida, y aunque sabemos que están en la presencia del Señor, nos ha dolido mucho su partida. Derramamos nuestras lágrimas y clamamos a Dios pidiendo misericordia por las viudas que perdieron a su esposo y los hijos que perdieron a su padre.

Sin embargo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo nos unimos en oración con más de cuatro mil hermanos; oramos y ayunamos con el único propósito de no desmayar y continuar predicando la Palabra de Dios a través de medios digitales como Facebook, YouTube, radio y celebrando caravanas de oración. Distribuimos folletos, el evangelio San Juan, Biblias y literatura que recibimos de Cruzada Mexicana.

Llegamos a todos los municipios de Chiapas, Tabasco y Oaxaca con la Palabra de Dios. Nuevamente, Cristo levantó a Su iglesia de la angustia de la sombra de muerte, cosechando decenas de almas para Gloria de Dios. ¡Una gran victoria!

El día 5 de diciembre de 2020, lo llamamos “La pesca milagrosa del 2020.” Aún en la incertidumbre, en la calamidad, cuando se escuchaban voces de temor y que algunos decían: “La iglesia se está debilitando”, Jesucristo nos dio fortaleza a través de Su Palabra: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:19-20.

Así que salimos confiando en Dios y logramos bautizar decenas y decenas de almas, como nunca ante habíamos visto. El mar de Boca del Cielo, fue testigo de la gran cosecha de almas que rindieron su vida a Cristo. ¡Y vamos por mas! No nos cansaremos de predicar el evangelio de Jesucristo porque es poder de Dios y nada nos separará de Su amor, ni angustia, ni hambre, ni muerte porque ¡en Cristo Jesús somos más que vencedores!