La fortaleza de mi vida está en la Palabra de Dios

Iglesia Oasis de Esperanza, pastor Carlos García García
Mazatlán, Sinaloa
Desde muy joven conocí el mundo de los vicios. A causa de la mala vida que mi padre nos daba, los maltratos, humillaciones y la falta de alimentos, decidí irme de casa y probar suerte en Mazatlán a dónde me trasladé con algunos pocos pesos que junté de algunos trabajos que hacía en el mercado de mi pueblo.
Con tan solo 15 años llegué a Mazatlán y comencé a buscar trabajo. No tenía dónde vivir, por lo cual al llegar la noche, buscaba dónde refugiarme. Así pasaron los días y mi situación empeoraba. Sufrí hambre, frío y humillaciones. Entonces conocí el alcohol y al paso de los días me fui hundiendo en el vicio, la desesperación, la tristeza y la soledad.
Llegó un punto de mi vida en el cual ya no quería seguir viviendo, pasaron por mi mente, pensamientos de suicidio a consecuencia del gran consumo de alcohol y de drogas. En muchas ocasiones llegué a tener ataques por las sobredosis y la intoxicación del alcohol. Mi cuerpo estaba débil y en algunos momentos me sentía morir.
Hoy entiendo que a pesar de desear la muerte en varias ocasiones, Dios estaba ahí cuidándome sin yo saberlo. Una tarde, mientras trataba de controlar una crisis nerviosa por la falta de drogas, llegaron unos jóvenes del centro de rehabilitación “Una nueva oportunidad”, dónde me brindaron apoyo para dejar las calles y tener una nueva oportunidad de vida.
Al principio fue muy difícil, en varias ocasiones intenté irme. En realidad no me tenían aquí por la fuerza, pero muy dentro de mí sentía una necesidad por quedarme.
Un día llegó a visitarnos un matrimonio y comenzaron a platicarnos de Dios, nos llevaron unos folletos dónde a través de la Palabra, encontrábamos la solución a nuestras adicciones, cada vez que leía un folleto y que escuchaba las pláticas que nos daban, mi corazón sentía una paz muy grande y me llenaba de felicidad conocer más y más de Dios.

A través de la Palabra de Dios mi vida se fortalecía y aún se sigue fortaleciendo. Ahora que he comprendido que solamente necesito a Dios en mi vida para ser feliz, he dejado que sea Él quien dirija mi vida. Le he entregado mi corazón y le he pedido que sane mis heridas y me dé una nueva vida.
Con la ayuda del discipulado El Camino de la felicidad, he comenzado a conocer ese lado hermoso de Dios; esa parte que nunca me habían contado de Él. ¡Ahora sé que todo lo puedo en Cristo que me fortalece!, Mi mayor deseo es rehabilitarme al 100%, salir y buscar a mi familia y presentarles a Jesucristo, que sepan lo que Él ha hecho en mi vida.
Muchas gracias hermanos de Cruzada Mexicana por todo el apoyo que nos han brindado, con la ayuda de estos materiales, la vida de muchos que estamos en este centro de rehabilitación va a cambiar por completo. Que Dios les bendiga y Dios permita que muchas personas más puedan hacer uso de estos manuales que son de gran edificación para la vida del ser humano.
Jesús

Categorías
El Camino de la Felicidad, El diario de un misionero, Material Cruzada Mexicana, Material de Discipulado
Cruzada Mexicana Ver todo
Imprimimos literatura Cristiana como folletos, estudios bíblicos y otros más.
¡No busque más! Para obtener mensajes impresos, cuenta con Cruzada Mexicana. Aproveche nuestra amplia gama de títulos enfocados a circunstancias especiales de nuestra gente.
Las vidas de estos jòvenes que se acercan a centros de rehabilitación cristianos, son transformadas de dentro para afuera, porque cuando ellos aceptan a Jesús como su Salvador, cambia su aspecto físico y son realmente nuevas personas. ¡Toda la gloria y honra es para nuestro Dios y gracias al salvación por medio del Señor Jesucristo!