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Conducí libremente hasta dónde me llevó Dios

I

Centro Eloim, pastor Jesús Raúl López García
Hermosillo, Sonora

Hace tiempo, Dios puso en mi corazón el deseo de llevar Su Palabra a algunas comunidades de mi ciudad. Lamentablemente, siempre había algo que me impedía cumplir con este deseo, el cual al paso de los días iba aumentando más.

Una tarde antes de culminar el servicio, el pastor nos comentó que había llegado un paquete con folletos para todos aquellos hermanos que quisieran salir a realizar una labor de evangelismo.  Nos contó acerca del Ministerio de Cruzada Mexicana, quienes habían enviado diversos folletos. Me acerqué al pastor y le pedí algunos folletos para poder salir a evangelizar.

Pasaron varios días y los folletos seguían en mi auto. Una tarde, comencé a manejar sin saber a dónde iba. Para mi sorpresa llegué a una pequeña comunidad llamada el Carrizo, dónde la mayoría de las familias son de asentamiento indígena, algunos de ellos provenientes de la Sierra de Sonora.

Pude ver cuánta necesidad había en ese lugar, la mayoría de las casas estaban hechas de barro y arcilla, cubriendo el techo de las casas con láminas de cartón y algunas más con sobrecubiertas de algunos trapos para poder soportar el frío de la noche.  Claramente se podía percibir la gran necesidad en cada hogar, la carencia de alimento y no solamente alimento físico sino también alimento espiritual.

Hno Gabriel visitando a las familias

Fue entonces que entendí que había sido Dios quién me había conducido hasta este lugar.  Me acordé de los folletos, fui por ellos al auto y comencé a visitar hogar por hogar compartiendo la Palabra de Dios y dejándoles un folleto. Antes de retirarme, un grupo de personas se acercó a mí. En un momento tuve temor pues pensé que había hecho algo malo o que eran familias de costumbres muy radicales, y que podían hacerme algo. Sin embargo, me pidieron que los volviera a visitar. Esto me movió y les pregunté: ¿por qué?  Entonces comenzaron a platicarme que hace mucho tiempo unas personas llegaban a visitarlos y les daban estudios de la Palabra de Dios, pero de un momento a otro dejaron de hacerlo. Por eso se alegraron mucho de mi visita.

Regresé muy contento a casa, y compartí esto con mi familia, así como también con el Pastor.  Les comenté de la gran necesidad que hay en ese lugar y le pedí al pastor la oportunidad de exponerlo a la Iglesia. Él no se negó y con mucho gusto me dio el lugar. Entonces comenté a los hermanos sobre este lugar y la gran necesidad que había, muchos de ellos se acercaron a mí para otorgarme el apoyo con víveres y ropa en buen estado para llevar a estas familias.

Grupo de hermanos que ha comenzado a reunirse

Dos semanas después volví nuevamente a este lugar para visitar a las familias, pero esta vez no fui solo, me acompañaron otros dos hermanos de la Iglesia.  Fue muy hermoso ver cómo las personas nos recibían con tanto amor y cariño y estaban ya esperando nuestra visita. Gracias a Dios, hemos podido compartir el mensaje de salvación en varios de estos hogares. Hemos comenzado con una pequeña célula de reunión familiar dónde se llegan a reunir aproximadamente 25 personas. Estamos seguros de que Dios hará algo maravilloso en este lugar.

Hemos visto cómo los folletos han sido de mucha bendición para las familias, quienes a pesar de que no todos saben leer, se reúnen todas las tardes para escuchar a un integrante de la familia leer una y otra vez cada folleto que se les ha regalado, estamos seguros de que Dios hará grandes obras en este lugar, por lo cual seguiremos trabajando hasta poder establecer una iglesia aquí.

Gabriel Cárdenas

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2 comentarios sobre “Conducí libremente hasta dónde me llevó Dios Deja un comentario

  1. Rogamos al Señor por el hermano Gabriel Cárdenas y el grupo de hermanos que lo acompañan. Sobre todo, oramos por esa grupo de discipulado que se reúne para alabar al Señor . Les amamos en el nombre de Cristo Jesús.

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