Un desafío a la oración

Iglesia Jesús de Nazaret, pastor Héctor Salvador Contreras
Acayucan, Veracruz

Hoy, más que nunca, como pueblo de Dios, debemos estar en oración y unidos clamando para tenga control de la pandemia que nos esta golpeando muy fuerte. Familias completas han muerto por este virus.  Tenemos que pedir a Dios que de sabiduría a nuestros gobernantes para tomar buenas decisiones, por los legisladores para que no rompan la ley de Dios y gobiernen conforme a Su Palabra. Debemos pedir que sean abiertas oportunidades para ir a todas las naciones y continuar con su mandato de hacer discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.

El desafío principal es que exista un avivamiento en todas las iglesias cristianas para que se levante un fervor por las almas perdidas. Debemos reunirnos más iglesias para clamar a Dios por obreros para la mies. 

Clamamos en oración a Dios, para que mas personas vengan a los pies de Cristo; que nuestro Señor fortalezca a la iglesia en general pues vienen tiempos aún más difíciles. 

Hay mucha gente que aún no tiene a Jesús en su corazón, por lo cual queremos ser instrumentos para llevar el evangelio a todos los que nos rodean.

El Espíritu Santo toca los corazones y la presencia de Dios fluye cuando hablamos con otros del Evangelio de Jesucristo. Vemos el resultado en que aun en medio de todo lo que vivimos, seguimos en libertad de llevar el evangelio. 

“Damos gracias a Dios porque sabemos que lo que estamos solicitándole será respondido en Su tiempo y voluntad pues lo único que queremos es ser útiles en Su obra y que venga la gente al arrepentimiento de sus pecados y entreguen su vida a Cristo pues Su venida está cerca y es necesario nos encuentre haciendo su voluntad.”

Felipe Benites

Seguros de que Dios respalda lo que se hace para glorificar Su nombre y para traer almas a Él, no paramos en nuestros esfuerzos de evangelismo. Vemos tiempos de mucha necesidad espiritual; mucha gente muere sin Cristo en su corazón. Es tiempo de dedicar tiempo a la oración con mucha constancia como lo hacia Jesús cuando estuvo en este mundo, tan contaminado de la maldad.  Dios es el mayor interesado en que Su obra continúe y por ello oramos a Él para que nos use en esta labor.