Quiero compartir mi historia para testimonio a todos: ¡Jesús me salvó!

Misión Bethel, pastor Pablo López
Centro Penitenciario de Mujeres de Puerto Vallarta, Jalisco

Cuando no conocía a Cristo, era muy mala con mi familia y con todas las personas de mi colonia. Me tenían miedo. Vivía enredada en muchos problemas. No tenía conciencia de lo que hacía. Me sentía muy vacía, deprimida, y sin motivos para seguir adelante. Todo esto hacía que fuera muy agresiva.

Llegué a pensar que mi vida no tenía sentido, no me preocupaba mi persona, ni mi manera de vestir. No cuidaba de mi salud ni de nadie, a tal grado que descuidé a mis hijos.

Llegó el día en que se me hizo fácil empezar a dedicarme a la prostitución. Vendía mi cuerpo, hasta que sucedió la tragedia más grande y dolorosa en mi vida. Perdí a mi hija de 14 años. Esto hizo que me perdiera aún más hasta que llegué aquí, la cárcel.

A pesar de que es una prisión, las cosas aquí adentro no son nada fáciles. Pero fue aquí, en este lugar, que tuve la oportunidad de conocer a Jesucristo por medio de las hermanas que nos visitan y gracias a un folleto que recibí Su muerte es mi vida. Acepté a Jesucristo y me dieron la gran oportunidad de bautizarme. ¡Ahora soy libre! Jesús sanó mi corazón, me perdonó y ahora experimento paz, gozo, y lo más importante, Él transformó mi vida.

Ahora todo ha cambio para mí desde que Dios me salvó. Ahora pienso diferente y cada día conozco más de Su Palabra; cada día voy descubriendo cosas tan maravillosas. Le pido a Dios conocerlo aún más, para prepararme, para poder compartir Su Palabra con otros; compartir mi mala experiencia a los adolescentes, lo que le pasó a mi hija.

Sé que Dios me permitirá compartir mi testimonio sin dolor para que otros que cuiden y conozcan de la Palabra de vida que sólo se encuentra en Jesús. Amen

Erika Alejandra