Llevaré Su Palabra a toda persona, sin importar mi condición física

Iglesia Bethel, pastor Luis Jacinto García
Mazatlán, Sinaloa

Hemos creído fielmente que somos portadores de las buenas nuevas de salvación por medio del evangelio del Señor Jesucristo, quien vino a buscar y a Salvar al hombre perdido. Gracias a Cristo, el hombre tiene la posibilidad de la vida eterna y una mejor vida en la tierra. No hay nada que nos produzca un mayor gozo como hijos de Dios, que el ver las almas rendidas a los pies de Dios.  Por ello, hemos decidido llevar este mensaje a las comunidades marginadas de nuestra Ciudad.  En estos lugares las condiciones de vida son deplorables, sus habitantes realizan trabajos de campo para ganar el sustento del día y algunas mujeres trabajan realizando labores domésticas en casas de otras personas y una gran parte de los jóvenes tiene que dejar sus estudios para trabajar y de esta forma ayudar al sustento de sus hogares. Las familias intentan que los hijos más pequeños puedan tener la oportunidad de estudiar y superar esta forma de vida.

A consecuencia de este estilo de vida, el alcoholismo, las adicciones y la violencia son problemas muy notorios en estas zonas de la ciudad; por ello existen muchos hogares disfuncionales. Como iglesia hemos llevado el mensaje de salvación a estas zonas donde hemos podido descubrir la vulnerabilidad de las familias, quienes en su necesidad de un mensaje de prosperidad y bendición están prestos a escuchar el mensaje de salvación. Lamentablemente, muchas de estas familias viven bajo viejas costumbres donde el hombre es quien da las órdenes en casa y todo tiene que ser bajo su permiso y supervisión.  Las mujeres tienen temor de asistir a los grupos de estudios donde se les enseña más de Jesús, muchas de ellas por miedo a que sus esposos las golpeen, otros más tienen prohibido profesar otra religión que no sea la tradicional.

A pesar de todo esto, Dios ha tocado los corazones de algunos varones jefes de familia que han sido golpeados por las circunstancias de la vida, y ahora, ellos han abrazado la palabra de Dios como un tesoro muy valioso para sus vidas y la de sus familias.  Ellos se han convencido de sus malos caminos y ahora son quienes nos ayudan a compartir el mensaje de salvación en sus propias colonias.

«Mi vida se encontraba aprisionada por causa de mi condición física, me la pasaba lamentando y reprochando a Dios por mis circunstancias y a consecuencia de eso me perdí en el alcoholismo y las drogas.  Me deslindé de mi familia y de mi hogar; llevaba una vida ingobernable y sin sentido alguno, empecé a sufrir de lagunas mentales y de ciertas dificultados en mi salud, a causa de las drogas y de mi discapacidad.  Ya no encontraba salida a la vida que yo llevaba, pero a través de la palabra de Dios que un día llegó a mi vida por medio del hermano Luis Jacinto, comprendí cuan valioso soy para Dios y entonces le hice una promesa, que si me libraba de toda esta vida yo le serviría y llevaría Su Palabra a toda persona, sin importar mi condición física. Hoy me gozo al salir a las calles y llevar ese mensaje de salvación por medio del folleto La Familia lo es Todo.  Yo comparto el mensaje en todos los hogares que visito y les hablo de la gran importancia de tener a Dios en nuestras familias como motor principal.»

José Baltazar

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