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La enfermedad ya no me agobia

Iglesia Crepúsculo Getsemaní, pastora Adriana Marcelina Ledezma
Cadereyta Jiménez, Nuevo León

A pesar de que en mi familia se conocía de la Palabra de Dios, lamentablemente siempre había problemas y peleas. Al observar esto, me ponía muy triste.  Mi madre es diabética y desde muy pequeña yo padezco esa enfermedad y ésta ha afectado mi vista. En casa siempre hubo mucha carencia económica por lo cual fue difícil atenderme lo mejor posible. Llegó el momento en que quedé ciega temporalmente porque la enfermedad dañó tremendamente mi vista. Actualmente, tengo 25 años y sigo con muchas luchas, pero ahora estoy confiada en Cristo y en Su misericordia. Quise estudiar y sacar una carrera, pero la enfermedad y las carencias han sido un obstáculo que vencer.

En mi colonia hay mucha inseguridad pues abundan los pandilleros, la drogadicción y el robo a casas. No obstante, comparto la Palabra de Dios a todo el que me lo permite.

Mi vida antes de Cristo era muy triste por la enfermedad que desde pequeña me atacó. Las constantes peleas de mis padres me tenían con frustración y desesperanza, y el dinero nunca alcanzaba; tenía una frialdad espiritual y por consiguiente no tenía paz. Ese tiempo fue muy difícil, pero tuve que pasar esa situación para ver la mano de Dios en mi vida.

Jesús entró a mi vida porque en esa desesperación en que vivía, mucho tiempo clamé por un milagro en mi vida y en la de mi familia. El Señor escuchó mi oración y mis padres empezaron a buscarlo con convicción y las peleas se acabaron. Poco a poco, mi vista se ha ido restaurando, hoy veo un 45% y sé que Cristo me sanará por completo. 

Ya somos una familia que realmente busca a Dios y escudriña Su Palabra pues ahí encontramos lo que el Señor quiere hagamos para vivir en plenitud y también están allí todas las promesas que tiene para sus hijos.

Jesús cambió mi vida, como dice en las escrituras, cambió mi lamento en gozo, pues hoy la enfermedad no me agobia. Hoy sé que Cristo tiene el control de todo, sé que debo confiar en Su Palabra y Su bendita misericordia. 

Hoy, mi familia vive en el amor de Dios y hay paz en mi hogar. Yo le sirvo en Su obra y así seguiré, testificando de nuestro Dios todo poderoso. Sin Él no soy nada.  Doy gracias al ministerio Cruzada Mexicana por estos estudios Ha Resucitado que usamos para instruir a los niños.  Sabemos que es el Santo Espíritu de Dios quién hace posible todo esto y continuaremos unidos haciendo la voluntad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Dayana Gutiérrez

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2 comentarios sobre “La enfermedad ya no me agobia Deja un comentario

  1. A Dios sea la gloria por el testimonio de Dayana. Oremos porque Dios permita que recobre totalmente su visión.

  2. Amen la Gloria y honra es de Dios es una gran guerrera por que aun la enfermedad no la detiene

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