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Estoy deseoso por compartir con mi familia y amigos las Buenas Nuevas

Iglesia Berea, pastor Rafael Cárdenas
Lázaro Cárdenas, Michoacán

Quién iba a pensar que un viaje, iba a transformar por completo mi vida, jamás imaginé que al visitar a mi familia, para pasar junto a ellos las fiestas de fin de año, iba a tener uno de los mejores regalos que me han dado en la vida, la salvación.

A muy temprana edad, tomé la decisión de marcharme de casa con la intención de aportar un beneficio económico a mi familia, porque veía la gran necesidad que existía en mi hogar.  En nuestro municipio había muy pocas fuentes de ingresos económicos, por lo cual me decidí a aventurarme en busca de una mejor estabilidad económica en el Estado de Veracruz.

En diversas ocasiones, en la ciudad dónde radicaba, me habían hablado de la Palabra de Dios, sin embargo, nunca le tomé la importancia debida, pues siempre pensé que Dios era una religión y que yo no necesitaba de Él; consideraba que estaba bien y lo tenía todo, un buen trabajo, un buen hogar y una buena economía; sentía que no me hacía falta nada, lo tenía todo y estaba plenamente feliz.

En el mes de diciembre decidí visitar a mi familia en Lázaro Cárdenas, para compartir con ellos las fiestas de fin de año.  En una ocasión, tuvimos la visita del hermano José Cabello, quien aprovechó para compartirnos la Palabra de Dios.  Recuerdo que me dejó un folleto con el título ¿Has encontrado lo que buscabas? Ese folleto hizo mucho eco en mi vida ya que en verdad había conseguido lo que por mucho tiempo estaba buscando, sin embargo, aún sentía un vacío en mi corazón; sentía que a mi vida le hacía falta algo.  Sin temor alguno, me acerqué y le pedí que me hablara más de la Palabra de Dios.  Entonces entendí cuán equivocado estaba al haber rechazado por muchas veces el mensaje de salvación.

Comencé a asistir junto con mi familia, a la Iglesia Berea, dónde estuvimos aprendiendo más de la Palabra de Dios. Cada día que aprendía más de la Palabra, me iba enamorando más de Dios.  Deseaba conocer más y más de la vida de Jesús. Antes de irme, el Pastor Rafael me hizo la invitación para tomar el discipulado y bautizarme.  En un principio sentí que era un paso de mucha seriedad, y lo tenía que pensar.  Además, también consideré que tendría que regresar a la ciudad de Veracruz y mi vida podría volver a ser la misma, el bautizarme sería un compromiso con Dios de guiar mi vida por la santidad y sobre todo buscar una Iglesia dónde poder alimentarme espiritualmente.

Una semana después, acepté la invitación del Pastor Rafael para discipularme.  Me indicó el día y los horarios en los que podía tomar el discipulado y para mi sorpresa pude conocer allí a Arlen Moran, una joven que también estaba de visita por Lázaro Cárdenas y de igual forma había conocido de Jesús por medio de un folleto.  Ahora, ambos estábamos por tomar el discipulado para dar ese gran paso de fe.

Después de terminar el discipulado, mi pasión por Cristo aumentó más y estaba deseoso que llegara ese día en que regresara a Veracruz y pudiera compartir con todos mis amigos y familiares las buenas nuevas de Jesucristo. Ahora mi oración es que mi familia y amigos allá en Veracruz conozcan de Jesús, puedan apasionarse de la misma manera en que yo me apasioné por Él y juntos podamos salir y compartir el mensaje de salvación a las familias de nuestra colonia.

Alexis Correa Cárdenas

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