En Dios no hay tristeza ni dolor

Primera Iglesia Bautista Eben-Ezer, pastor Policarpo Delgado Bernal
Santiago Ixcuintla,Nayarit

A pesar de las circunstancias que estamos pasando como iglesia, no hemos dejado de pedirle a Dios que sea Él quien nos guíe y ayude para seguir adelante y que nuestra fé no desmaye.

Hemos salido a evangelizar en la colonia de Santiago Ixcuintla en Nayarit, un lugar muy turístico y visitado por mucha gente. Es un lugar dónde hay mucha necesidad de salir a predicar la Palabra de Dios y para que la gente conozca de Él. Predicamos casa por casa y la aceptación ha sido muy agradable. Muchas personas escuchan lo que les compartimos.

Al ir caminando, nos encontramos con una señora de nombre Marisela Hernández y nos abrió la puerta de su casa. Se notaba muy triste, sus ojos estaban llenos de mucha tristeza. Nos platicó que el pasado mes de diciembre, su hijo falleció y él era su compañero. Ella se sentía demasiado triste y decía que ya no quería vivir y quería irse con su hijo. 

Entonces, mi esposo y otras hermanas que nos acompañaron a evangelizar le compartieron de lo que Dios tiene para ella, que ella nunca estará sola porque siempre habrá alguien con ella y ese es Dios. Ella nos escuchó y al finalizar le preguntamos si nos dejaría hacer una oración por ella y aceptó gustosamente.  Le preguntamos si quería aceptar a Dios en su corazón y ella dijo que sí. 

Al terminar la oración notamos en Marisela un semblante muy distinto, ya no reflejaba esa tristeza en sus ojos. Dios ya había entrado en su corazón y había sacado todo lo que no estaba bien en ella, como dice Isaías 53:4 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.” 

Así fue como Marisela comprendió muchas cosas y ahora sabe que si confía en Dios, ya no hay tristeza ni dolor.  Le dimos el folleto, Dios te ama.  Ahora ella se siente muy feliz por tener a Cristo en su corazón porque entiende que sólo con Cristo somos felices. 

Hemos seguido visitando a la hermana Marisela y ella se ha sentido bien. Damos gracias a Dios por permitirnos llegar a lugares dónde realmente necesitan Su Palabra.

Cecilia Livier Delgado Rodríguez

Se parte de este ministerio

Una respuesta a «En Dios no hay tristeza ni dolor»

  1. En la Biblia leemos esta promesa que se hace realidad en la vida de la Sra. Marisela: «Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí; Jehová, sé tú mi ayudador. Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre». Este es el Dios en el que confiamos. .

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