Habiendo sido ciega, ahora veo…

Por años viví cegada por el enemigo, creyendo que con hacer rezos y prender velas a las imágenes podía agradar a Dios. Mi confianza estaba puesta en las imágenes a quienes lloré, rogué y supliqué por años me ayudaran a salir de diversas situaciones que vivía en mi hogar.

Ahora entiendo lo equivocada que estaba. Mi vida ha cambiado desde que acepté a Cristo en mi corazón y tomé la decisión de servirle. Desde el día que me bauticé pude sentir como Dios ha transformado mi vida por completo y me ha hecho una nueva criatura.

Todo comenzó cuando la Palabra de Dios llegó a mi a través del folleto ¿Usted Es Feliz?

Arminda Mexia

Se parte de este ministerio

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