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Pondré la Biblia donde todos tengan acceso a ella

Iglesia Agua Viva, Pastor Omri Hernández Reyes

Durante 14 años ininterrumpidos, hemos llevado la Palabra de Dios a la cárcel de Maravatío, una de las 11 cárceles que se encuentran en el estado de Michoacán. Cada viernes, con la ayuda del pastor Justino Villalobos Palacios y su equipo de evangelismo, asistíamos para compartir con los internos de este lugar el mensaje de salvación, folletos y pasajes de la Biblia. Esto se realizaba dentro del periodo de 4 horas de esparcimiento que tenían los internos para realizar diversas actividades fuera de su celda.

Con la llegada de la pandemia, todo este panorama cambió de manera abrupta. A partir del mes de marzo del año 2020, las visitas se restringieron para todas las personas y los presos fueron confinados en sus celdas, permitiéndoles salir solamente en pequeños grupos a distraerse durante 30 minutos al día. Y aún con todas estas restricciones impuestas por los directivos del penal, en atención a reducir los contagios por la pandemia, se presentó un caso de COVID quien lamentablemente falleció. Esto ocasionó una mayor histeria e inquietud en toda la institución. Orando por esta situación, vino a mi mente la palabra que el Apóstol Pablo hizo mención en

En el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa

2° Timoteo 2:9

Esto me hizo entender que, si nosotros no podemos entrar a la cárcel, la Palabra de Dios si puede entrar en ella. Fui a entrevistarme con el director del penal, quien es nuevo en este lugar y no conoce la trayectoria del trabajo que hemos realizado ahí. Llevé como un presente para el director, una Biblia y dos cajas de folletos que el ministerio de Cruzada Mexicana nos otorgó.  Al entregarle los presentes, el director expresó estas palabras:

“Señor Omri yo recibo esta Biblia con mucho respeto, pero considero que quienes necesitan la Palabra de Dios, son los internos, permítame recibirla, pero voy a ponerla en la biblioteca del penal para que todos tengan acceso a ella.”

Esto fue la oportunidad que esperamos y por gracia de Dios, tocó el corazón del director quien nos ha dado todas las facilidades para que puedan entrar a esta cárcel Biblias, discipulados El Camino de la Felicidad y los equipos Audio-Evangelizadores para que los internos puedan estudiar la Palabra de Dios mientras están confinados en sus celdas.

El entrenamiento que tuvimos por medio de Internet será de gran ayuda para poder tener a nuestros líderes preparados y de esta forma atender de mejor manera a los grupos de discipulados internos.

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