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EL EGOÍSMO UN OBSTÁCULO PARA EVANGELIZAR.

NIÑOSHoy cuando se trata de ir a evangelizar parece que disponemos de muchos argumentos para no hacerlo.  Un problema es que nuestra iniciativa para realizar las cosas suele depender del grado de importancia que de estas se derivan, ósea de las consecuencias  y de los beneficios que podamos obtener al realizarla o no, y también de quien lo ordena.

Los seres humanos somos así,  “interesados por naturaleza”, siempre buscando un beneficio personal para poder dar algo a cambió.  En realidad esto es solo un rasgo de ese egoísmo que obtuvimos consecuencia del pecado que entró en cada ser humano cuando Adán cayó.

Basta mencionar solo un ejemplo, de cuando Caín no estuvo dispuesto a ofrecer lo mejor en su ofrenda al Señor prefiriendo guardarlo para si mismo. ¿Qué esto en un principio no es egoísmo?.  Caín era consiente que todo era del Señor, y que las tierras y cosechas que ahora poseía le habían sido dadas por Dios, entonces ¿no era justo darle una de las mejores partes a quien le había dado todo?

Y así sucede cuando no practicamos el Evangelismo,  nos resistimos a no dar la parte de nosotros que le corresponde a quien nos ha dado todo, ósea Cristo. Y déjeme decirle que esa parte es absolutamente todo. ¿Qué acaso esta actitud no es una especie de egoísmo? cuando nos negamos a dar nuestro tiempo, recursos y amor para que las vidas de otros sean cambiadas cuando éstos conozcan al Señor,  así como nos sucedió un dia a nosotros. ¿Dónde está el amor a Dios y al prójimo?, nunca olvidemos que el amor se expresa con hechos y no solamente con palabras. Cuando decimos amar pero no hacemos nada para demostrarlo nos engañamos diciendo que amamos.

La labor del Evangelismo es un llamado a darnos a favor de la obra de Dios, que es la salvación de los perdidos. Esto implica desprendernos de todo para darnos por completo a Su divina causa, con amor, entrega, y compromiso a ir y llevar el mensaje que Dios va a utilizar para convertir al pecador.  En el trayecto este trabajo nos llevará a la renuncia de uno mismo, a despojarnos del materialismo, y de  cualquier obstáculo, y nos llevará a una cada vez mayor dependencia hacía Dios en todos los sentidos.

Pero el punto es que hay un egoísmo en una  mayoría de “cristianos”  que no están evangelizando.

Hoy parece que necesitamos de más que una simple orden para obedecer un llamado. Pero se nos olvida que la orden de Ir no proviene de ningún hombre, ni de ninguna autoridad terrenal, si no del mismo Dios.

El Señor Jesús dijo: “Ir y hacer discípulos a todas las naciones”. Él nos dio un llamado muy claro que hoy en dia muy pocos de sus llamados discípulos están obedeciendo. Cuando una autoridad terrenal ordena la gran mayoría movida por el temor a una represalia o motivado por el beneficio obedece al edicto pronunciado sin tanto balbucear.  Pero tal parece que cuando Dios ordena en su palabra tristemente una mayoría ignora el llamado olvidándose de que es el todopoderoso quien está mandando.  Esto en otros términos se traduciría en una falta de temor y de amor hacia Dios. La desobediencia se lleva a cabo cuando no hay temor, y este no existe cuando no hay amor, y cuando no hay amor entonces se presenta el egoísmo.

Examinemos nuestro corazón y determinemos si la razón por la cual no estoy compartiendo el Evangelio con otros es motivado por el egoísmo que hay en nuestro corazón.

Solo consideremos que para un genuino discípulo no hay justificación para no dar fruto en la cosecha de almas que el Señor está entregando a quienes le aman y obedecen a su Palabra.

 

 

Rodolfo Silva Ver todo

Diseñador Gráfico

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