Sólo venía por un plato de comida y conocí a Dios

MIAVAC Victoria en Cristo, pastor Arturo Cruz Martínez
Acapulco, Guerrero
Para mi vida ha sido una grata bendición poder ser la encargada de dar las lecciones de los cursos de discipulado cada sábado a todas esas personas que asisten al comedor Misericordia. Desde las 8 de la mañana muchas personas ya están haciendo fila para recibir un plato de alimento. Posterior a ello, se quedan para tomar su clase de discipulado.

Hemos visto como Dios se ha manifestado de manera sorprendente, pues hay ocasiones en las cuales no contamos con suficientes recursos o alimentos para poder preparar la comida para aproximadamente 70 personas que vienen cada sábado a este comedor. Sin embargo, la mano de Dios siempre está ahí obrando y nunca hemos tenido escasez, ni hemos dejado de realizar esta labor desde que inició la pandemia.
Lo más sorprendente ha sido como Dios ha transformado la vida de muchas personas por medio de los cursos de discipulado que Cruzada Mexicana nos ha brindado para cada persona. Hace dos semanas culminamos con el discipulado El Camino de la felicidad y ahora hemos iniciado el curso el Camino a la victoria.
En un principio pensamos que muchas de las personas ya no continuarían tomando los cursos, sin embargo, hemos visto que ha sido todo lo contrario. Hay nuevas personas quienes han escuchado y han visto las maravillas que Dios ha hecho en las aquellas que tomaron el primer discipulado. Eso las ha traído hasta este lugar y están deseosas de conocer de Jesucristo.
“Sin pensar todo lo que iba a pasar, y sin tenerlo planeado, llegué a este comedor con la idea de recibir un plato de comida. Nunca pasó por mi mente que recibiría algo mucho más valioso. Tenía ya varias semanas con un fuerte dolor de rodilla y con la pandemia, mi esposo quedó desempleado y no contábamos con suficientes recursos para ir a un médico y que pudieran tratarme.”
“Alguien nos comentó del comedor y para ahorrar un poco, decidimos asistir los sábados por un plato de alimento. Después de consumir nuestros alimentos, nos invitaron a escuchar la Palabra de Dios y nos regalaron un libro llamado El camino de la felicidad. Las enseñanzas que están ahí, han sido de mucha bendición a nuestra vida. Hemos conocido a Dios de una manera diferente.”
“Un sábado que asistimos, yo continuaba con los dolores de mi rodilla y la hermana Belén me pidió que al final me quedara pues harían una oración por mi salud y así lo hicimos mi esposo y yo. Fue algo maravilloso lo que Dios hizo en mi vida. Hasta el día de hoy, no he vuelto a tener esos dolores en mi rodilla, y ahora con más gozo y alegría asistimos los sábados a escuchar la Palabra de Dios.”
“Ahora hemos iniciado el curso Camino a la victoria y cada sábado aprendemos y nos enamoramos más de Dios. Ahora conocemos y sentimos Su gran amor para con la humanidad. Nos sentimos muy bendecidos por haber llegado a este comedor.”
María Estela Hernández
En verdad, me siento muy privilegiada de que Dios haya hallado gracia en mí para ser la portavoz de las lecciones. Agradezco a Dios por haber puesto su mirada en mí y cada día me esfuerzo por prepararme mejor para exponer cada lección con mucho amor. Quiero ser el instrumento que Dios está usando para que Su Palabra y el mensaje de salvación sean entendibles para quienes toman sus cursos.
Belén Vázquez
Categorías
Camino a la Victoria, El Camino de la Felicidad, El diario de un misionero, Material Cruzada Mexicana, Material de Discipulado, Nuevos Grupos
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Nos gozamos y agradecemos infinitamente a nuestro Dios por la labor que el Pastor Arturo Cruz y todo su equipo, incluida la fiel hermana Belén, están haciendo en esa región de Acapulco, Gro. Ciertamente muchas personas han conocido del amor de Dios, aunque ahora no sabemos sus historias, pero seguramente cuando estemos en el Reino de nuestro Señor Jesucristo, conoceremos a miles y miles de personas que han sido tocadas por la misericordia de nuestro Dios, como hoy lo es la hermana María Estela y su esposo. Rogamos a Dios que ya no vuelvan esos dolores de rodillas y Dios los bendiga abundantemente.