Hoy más que nunca, las buenas nuevas deben ser predicadas

Iglesia Fe, Unción y Poder, Juventino Neri Aguilar
Lázaro Cárdenas, Puebla

En esta población, los templos están cerrados, el gobierno no permite reuniones masivas, la gente tiene mucho temor y nos han cancelado todo tipo de eventos. Las personas más afectadas han sido las personas débiles en la fe y los pobres económicamente, pues ellos no cuentan con atención médica y muchos han fallecido por la falta de atención. Algunos fines de semana, el gobierno ha ordenado el cierre de locales con un toque de queda hasta de cuatro días y esto ha provocado que la gente esté cayendo en depresión.

Sabemos que con Cristo en el corazón, las personas tienen fortaleza para enfrentar los problemas. Por ello, queremos incrementar las oportunidades de predicar el evangelio, adaptándonos a las nuevas condiciones; hemos buscado nuevas estrategias de trabajo. Por ejemplo, cuando salimos a hacer las compras y vemos la oportunidad de repartir folletos a las personas; si hay la oportunidad de orar, lo hacemos.

“Todo este tiempo de pandemia, Dios ha tenido cuidado de mi y mi familia. La Palabra de Dios dice en Daniel 4:2 “Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo“; así que, yo seguiré saliendo a testificar lo que mi Señor ha hecho conmigo y mi familia, dando también una palabra de esperanza que está escrita en la Biblia, para que todo el que crea, reconozca a Jesús como su Salvador.”

Víctor Cándido

Agradecemos a los hermanos de Cruzada Mexicana que nos siguen bendiciendo con literatura para poder tener más herramientas y que el mensaje de salvación, aún en estas condiciones de tanta restricción, pueda llegar a toda persona.

Queremos que las personas reciban una palabra que les de paz y fortaleza. Tenemos fe y confianza que todo lo que hacemos para que la gente escuche un mensaje de la Palabra de Dios tiene un beneficio físico y espiritual; físico porque confiamos que Jesús va a sanar y espiritual porque Jesús quiere la salvación de todos, que nadie se pierda.

Dios es quien da las herramientas, abre puertas y toca los corazones de las personas para que se detengan unos minutos y puedan recibir el mensaje de salvación. Nosotros sólo debemos estar dispuestos a hacer lo que nuestro Padre Celestial nos envía a hacer y los resultados los vemos cuando la gente permite que oremos por ellos y se llevan un folleto. No sabemos cuánto tiempo más estaremos en estas condiciones de la pandemia, pero lo que si sabemos es que la obra de Dios no puede parar. Hoy, más que nunca deben ser escuchadas las buenas nuevas del evangelio.