El poder de Dios

Centro Cristiano Zamar, pastor Hilario Espinoza Estrada
Tenayuca, Tlalnepantla, Estado de México

Según la historia de este lugar de Tenayuca, cuyo nombre significa “lugar amurallado, fue la primera capital de los indígenas chichimecas en la cuenca de México. Se ubica al pie del cerro del Tenayo, en la sierra de Guadalupe, en el municipio de Tlalnepantla, al norte de la Ciudad de México. Tenayuca se caracteriza por sus calles empedradas, está construida en una extensa zona arqueológica con vestigios de las culturas chichimeca y teotihuacana. Por este motivo, es un lugar muy visitado por turistas nacionales y extranjeros.

Continuamos con la evangelización en esta zona. Después de estar predicando en el parque, en esta ocasión nos dirigimos a la Clínica 57, del Seguro Social de Tlalnepantla. Nuestro equipo de evangelismo se organizó para llevar a las personas que encontráramos algunas tortas para compartir el alimento físico, acompañándolas de lo más importante, la Palabra de Dios. 

En esta ocasión, utilizamos varios títulos de folletos que recibimos de Cruzada Mexicana: Como conocer a Dios, Victoria en Jesucristo, La vida asombrosa de Jesucristo, y El poder de Dios. Nos reunimos muy temprano en el templo para orar, para que el Señor usara la vida de cada uno de nosotros y pedir que tocara el corazón de las personas que encontraríamos en las afueras de la clínica. 

Iniciamos nuestra marcha al hospital y para la gloria de Dios, las hermanas con gran pasión se acercaban a las personas anunciando el evangelio de Jesucristo.  La mayoría de las personas que estaban allí eran mujeres que esperaban alguna información de los médicos sobre la salud de sus enfermos. En los rostros demacrados de estas mujeres se notaba el sufrimiento que estaban pasando.  Mientras entregaban las tortas, las hermanas también les compartían la Palabra de Dios, y no obstante sus circunstancias apremiantes, la recibían con gusto. Este es el testimonio de una hermana de nuestro equipo:

«Mi anhelo es compartir la Palabra de Dios porque antes de conocer a Cristo, vivía sin esperanza alguna y enferma.»

«Entonces, cuándo más lo necesitaba, alguien llegó a la puerta de mi casa y me habló del poder de Dios. Desde ese día mi vida ha sido transformada.»

«El pastor me entregó varios folletos para repartir a las personas y entre estos encontré el folleto El poder de Dios. En ese instante me acordé del poder de Dios hecho realidad en mi vida.»

«Ahora con este folleto me acerco a las personas para hablarles de Cristo.»

«Me encontré con Alicia Romero para hablarle de las buenas nuevas de salvación, con el folleto El poder de Dios. Al entregarle el folleto, ella me dijo: “La verdad es que solamente Dios puede ayudarme”

«Le pregunté que le pasaba y me respondió ‘Desde hace dos meses he sentido fuertes dolores de cabeza y me he desmayado. Me hicieron unos estudios clínicos y el médico me ha dicho que tengo un tumor en la cabeza. Para saber con certeza si éste es maligno o benigno, van a realízame otros exámenes y por eso estoy muy angustiada.’” 

«Le dije que verdaderamente el poder de Dios es más grande que todos los problemas y enfermedades que puedan existir.  Le compartí como yo estuve en circunstancias similares. El Señor perdonó mis pecados y restauró mi salud pero sobre todas las cosas le dije: lo más importante es tu alma, si entregas tu vida a Cristo, pase lo que pase, habrás salvado tu alma de la condenación eterna.»

«Entonces, Alicia expresó: ‘Creo lo que usted dice acerca de que Dios tiene el poder de salvarme y sanarme.’ En ese momento Alicia entregó su corazón a Cristo.»

Hermana Rosalinda Sánchez

Así como Alicia hay muchas personas que se encuentran abatidas sin esperanza.  Algunas están esperando que alguien llegue para darles una palabra de consuelo, para decirles que en Cristo hay Salvación y Vida eterna. Agradecemos a Cruzada Mexicana por el apoyo recibido enviándonos folletos para continuar con la Gran Comisión.

Se parte de este ministerio

Una respuesta a «El poder de Dios»

  1. Jesús busca almas sincera y llenas de esperanza, como es el caso de esta hermosa mujer que ahora confía en que Dios le puede dar la sanidad de su padecimiento, pero mejor aún, la ha salvado de una perdición eterna. Un pequeño folleto, con el título apropiado, abre el corazón y la mente de las personas que necesitan a Jesús en sus vidas.
    Gracias por la hermana Rosalinda Sánchez, del Centro Cristiano Zamar y su Pastor Hilario Espinoza quien apoya a sus miembros de iglesia para cumplir con la Gran Comisión.

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