Oremos por Cancún
Hubo un tiempo para orar por aquellos hermanos que tomaron la decisión de predicar las buenas nuevas de salvación
¿Cómo se encuentra? ¿Podemos orar por usted?
Les platicamos que existe un Dios a quien podemos acudir si nos encontramos afligidos
Mujeres siendo instrumento de Dios para salvación de sus familias
Alrededor de 25 mujeres aceptaron que Jesús fuera su Salvador
Plenitud, Fortaleza y Esperanza
Son 2 grupos de alcohólicos anónimos que se han dado cuenta de la necesidad que tienen de un cambio.
Caminé y medité en esas palabras
Y un domingo por la mañana recibí a Cristo como mi Salvador
Dios vio el anhelo de mi corazón
Un día en la reunión, el pastor les dijo que Dios les tenía un tesoro invaluable que les iba a obsequiar.
Las primeras semillas están empezando a dar frutos
La semilla que sembramos en la vida de estos jóvenes comenzó a crecer
Motivando a la iglesia a salir a evangelizar
Participamos más de 30 miembros, los cuales con un buen ánimo y de manera voluntaria aceptamos el reto de involucrarnos en el proyecto evangelístico
Hasta “El Alto” fuimos a evangelizar
Con la ayuda de dos hermanas que asisten a nuestra iglesia y que son de esa comunidad, iniciamos el evangelismo casa por casa con los folletos.
¡He concluido el discipulado!
Ahora qué he concluido, tengo una visión totalmente diferente de lo que es una vida en Cristo
No se leer, pero puedo escuchar la Biblia en MP3
No se leer, pero seguiré escuchando la Palabra de Dios a través del MP3 para que pueda compartirla a mi familia.
Creyó y confió en Dios y ahora, ¡Toda su familia se bautizó!
Toda la familia hemos sentido en nuestro corazón comprometernos con Dios y vivir fielmente para Él.
Esta capacitación me quitó el miedo de salir a evangelizar
Después de esta capacitación, me siento preparada para salir y llevar el mensaje de salvación
Un verdadero tesoro
Son como niños cuando les regalas un juguete nuevo, así se sienten con cada uno de los folletos que les damos.
Con gusto salimos a evangelizar
El pastor nos invitó a ser parte de esta labor de evangelismo y con gusto recibimos el llamado y dijimos: “Heme aquí”
En Dios no hay tristeza ni dolor
Al terminar la oración notamos en Marisela un semblante muy distinto, ya no reflejaba esa tristeza en sus ojos